Al Vino Vino (copia)

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el champagne

Una breve introducción

Fotografías cortesía de Unsplashed-images

El Champagne, más que un vino espumante, es una institución que ha traspasado todas las fronteras para erigirse como un sinónimo de calidad, de elegancia, de festividad y de lujo. En tal sentido, hoy en día resulta casi imposible concebir una gran celebración sin la presencia de esas diminutas burbujas que asciendan desde el fondo de la copa, para luego formar una corona de perlas cargadas de luz y de sensaciones sublimes.

La fama del Champagne no es mera casualidad; su prestigio reposa en la altísima calidad del vino, y esto se debe fundamentalmente a que incorpora en su proceso algunas de las contribuciones más importantes que Francia haya aportado al mundo de la enología, tales como el arte del ensamblaje, la segunda fermentación en botella, la crianza sobre lías y un riguroso control de calidad.

El método de vinificación del Champagne, también conocido como Método Tradicional, se emplea hoy en día en vinos espumantes del Nuevo Mundo y en algunas regiones de Europa, como lo es el caso de la Denominación de Origen Cava en España, y el DOC Franciacorta de Lombardía. No obstante, jamás debemos confundir el Champagne con los vinos espumantes realizados en otras partes del mundo. El Champagne es un vino espumante que se produce “única y exclusivamente” en la región francesa del mismo nombre (Champagne) y bajo las estrictas normas de su Denominación de Origen. Por lo tanto, cuando afirmemos que vamos a tomar un Champagne, es porque realmente vamos a tomar un espumante producido en Champagne.

Aparte del Método Tradicional, existen otros métodos de vinificación de espumantes que también tienen sus orígenes en Francia. Tal es el caso del método Charmat, el cual es utilizado para la producción de los espumantes Asti y Prosecco en Italia y en algunos países del Nuevo Mundo. Este método Charmat consiste en realizar la segunda fermentación en cavas de acero, y luego el producto resultante se trasiega en frío a la botella a muy altas presiones para conservar el dióxido de carbono. No obstante, a pesar de que este método permite obtener buenos espumantes, la calidad de los mismos es difícilmente comparable al Champagne.

Esta larga crianza en botella permite mantener al vino en permanente contacto con los residuos de la levadura (lías), que es la responsable de aportar al Champagne las burbujas finas y persistentes que deleitan nuestro paladar, y los aromas característicos de brioche y mantequilla que complementan los aromas florales y frutales de la uva. El otro factor importantísimo es que el Champagne es un vino de corte, o vino ensamblado; esto quiere decir, que en su proceso de vinificación intervienen distintos tipos de vino, provenientes de diversos viñedos, de distintas añadas, y por lo general con una mezcla de las tres variedades de uva permitidas por la Denominación de Origen (Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay). Cada productor tiene su fórmula particular para ensamblar sus vinos; sin embargo, en aquellos casos en los cuales solo se usa uva Chardonnay se le denomina Blanc de Blancs, mientras que a los Champagne elaborados con 100% uvas tintas se les llama Blanc de Noirs. Cualquiera sea el caso, el ensamblaje garantiza que el vino mantenga una calidad consistente año tras año, lo cual permite expresar a plenitud el estilo y la personalidad de cada productor.

Además de las grandes casas (Maisons de Champagne), existen muchos vinicultores independientes que elaboran vinos de excelente calidad a una fracción del precio ofrecido por las marcas más famosas. Desafortunadamente, es muy difícil conseguir estos vinos fuera de Francia, y en muchos casos ni siquiera más allá de la propia región de Champagne debido a su limitada producción; sin embargo, si tienen la suerte y el privilegio de visitar una tienda de vinos en Paris, o mejor aún, darse un paseíto de medio día a Reims, les recomiendo que salgan de su área de confort con las grandes marcas y se aventuren a comprar una botella de alguno de estos pequeños vinicultores; quedarán realmente sorprendidos y fascinados con la calidad, complejidad y finura de estos caldos. Para facilitarles aún más las cosas, a continuación, les ofrezco una lista de algunos Champagne de productores independientes que destacan por su calidad excepcional y por su excelente relación entre valor y precio.

Sobre el Champagne, y los vinos espumantes en general, podríamos pasar toda una vida degustando, descubriendo, aprendiendo y escribiendo. Lamentablemente, el tiempo se nos agota y este artículo, como su nombre lo indica, es solo para hacer “una breve introducción”; sin embargo, quedo a las órdenes para profundizar en el tema a través de este medio o en uno de los eventos que realizo regularmente.

Para concluir, comparto con ustedes la celebre cita de una insigne vinicultora francesa a quien admiro enormemente: